Claves para definir el plan de descarbonización de tu industria
Aprende a gestionar riesgos en los contratos de energía eléctrica de tu empresa según la estructura de precios que más se adecue a las necesidades de tu negocio.
Encontrar un equilibrio entre la seguridad de suministro, la competitividad energética y la sostenibilidad -el llamado “trilema” energético- es uno de los mayores retos a los que se enfrentan hoy las empresas.
En este artículo se explican los aspectos a tener en cuenta a la hora de definir con éxito un plan de descarbonización, así como algunas de las soluciones técnicamente disponibles que pueden ayudar a reducir las emisiones de tu empresa.
Una mayor preocupación por la descarbonización
El cambio climático influye también en la nueva cultura empresarial que demanda inversiones para descarbonizar la industria. En este contexto, la proactividad entendida como la capacidad de anticiparse, reconocer e identificar las oportunidades asociadas a los cambios, juega un papel muy importante.
El abanico de medidas que se pueden implementar es muy amplio y no tienen por qué suponer grandes inversiones.
Aspectos a considerar en tu plan de descarbonización
Antes de nada, hay que comprender la definición y el alcance de la huella de carbono en términos generales y, en particular, en la industria. Existen tres alcances definidos por el protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI): emisiones directas (alcance 1), emisiones relacionadas con el consumo de electricidad y gas (alcance 2) y emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor (alcance 3).
Es necesario realizar un trabajo previo de recopilación y un posterior análisis para identificar las actividades y el tipo de emisiones asociadas, en primer lugar, para determinar el alcance, y en segundo, para diagnosticar e identificar las potenciales áreas de mejora tanto en términos de emisiones, como de energía o costes.
Hoy existen varias herramientas para que las empresas puedan alcanzar los objetivos propuestos en lo relativo a la reducción de emisiones. Algunos ejemplos son:
- Los certificados para acreditar el origen renovable de la energía consumida y tus compromisos medioambientales.
- Gas natural -reemplazando otras fuentes- para ayudar a reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire ante una gran demanda de energía.
- Los créditos de carbono, ayudando a cumplir los compromisos de sostenibilidad de las empresas y compensando las emisiones de CO2 que no se puedan evitar.
- El biometano, que puede conseguir una descarbonización de hasta el 100% y se puede utilizar tanto para fines industriales como de transporte, favoreciendo la economía circular y reduciendo las emisiones de efecto invernadero.
La importancia de la colaboración
Debemos trabajar de manera conjunta. Involucrar a socios para aunar fuerzas y construir una estrategia de descarbonización sólida, común y realista puede ser un punto de partida que favorezca el éxito del proyecto. No es una tarea sencilla, especialmente en entornos de incertidumbre en los mercados, cambios tecnológicos, nuevas regulaciones y con la incorporación de nuevos agentes.
Desde Shell, dada nuestra condición de empresa fundamentalmente industrial, aportamos valor a nuestros clientes gracias a la amplia experiencia que aplicamos en nuestras diferentes áreas de negocio e instalaciones.
En Shell somos conocedores de los retos y desafíos que plantea la descarbonización ya que, durante años, hemos abordado esta cuestión en nuestra compañía. Por eso, ponemos a disposición de terceros los recursos que hemos desarrollado para asesorar a otras empresas a lo largo de todo este proceso.
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